México, con su rica historia minera y conflictos sociales, alberga pueblos fantasmas que evocan un pasado olvidado, donde ruinas y leyendas se entrelazan en paisajes desolados. En el 2025, estos sitios abandonados atraen a aventureros y curiosos que buscan explorar ecos de vidas pasadas, desde minas colapsadas hasta comunidades huyendo de la violencia.
Según reportes, estos pueblos mantienen su aura misteriosa, ideales para un viaje introspectivo. A continuación, un ranking de los cinco más fascinantes, con detalles sobre su historia, ubicación y costos aproximados.
1. Real de Catorce, San Luis Potosí
Real de Catorce, en el desierto potosino, fue un próspero centro minero del siglo XVIII con 40,000 habitantes, abandonado en los años 80 por el agotamiento de vetas de plata. Sus calles empedradas, iglesias como la de San Francisco y túneles mineros evocan un Oeste mexicano fantasmal.
Con 100,000 visitantes estimados, el acceso en jeep desde Matehuala cuesta $50 USD por persona. Explora a pie o en tour ($20 USD). Es escalofriante por sus leyendas de tesoros ocultos.
2. Mineral de Pozos, Guanajuato
Mineral de Pozos, en Guanajuato, floreció en el siglo XVIII con minas de oro y plata, pero la Revolución Mexicana y el agotamiento de recursos lo vaciaron en 1910. Sus haciendas derruidas y la Plaza de los Leones, con fantasmas de mineros, crean un ambiente de película.
Con 50,000 visitantes estimados, el bus desde San Luis Potosí cuesta $15 USD. Tours nocturnos ($25 USD) revelan su misterio. Es ideal para fotógrafos que capturan ruinas bajo la luna.
3. San Juan Parangaricutirimícuaro, Michoacán
San Juan Parangaricutirimícuaro, en Michoacán, fue engullido por lava del volcán Paricutín en 1943, dejando solo la torre de su iglesia emergiendo como un dedo acusador. Este pueblo, de 300 habitantes antes de la erupción, simboliza la furia natural.
Con 30,000 visitantes estimados, el acceso desde Uruapan cuesta $20 USD en taxi. Caminatas guiadas ($10 USD) permiten explorar la lava solidificada. Es un sitio conmovedor para quienes buscan testimonios de la naturaleza.
4. Real del Monte, Hidalgo
Real del Monte, en Hidalgo, fue un enclave minero del siglo XVI, abandonado en los 1950 por el cierre de vetas de plata. Sus haciendas inglesas y el Panteón de los Ingleses, con tumbas de mineros británicos, narran una historia colonial siniestra.
Con 40,000 visitantes estimados, el bus desde Pachuca cuesta $5 USD. Tours mineros ($15 USD) incluyen pozos abandonados. Es fascinante por sus leyendas de fantasmas victorianos.
5. Cosalá, Sinaloa
Cosalá, en Sinaloa, fue un pueblo minero del siglo XVI, semiabandonado en los 1970 por la crisis económica. Sus calles coloniales, la Plaza de Armas y minas como Santa Rosa evocan un pasado opulento.
Con 20,000 visitantes estimados, el acceso desde Mazatlán cuesta $30 USD en bus. Hospedaje en posadas desde $40 USD por noche. Es un rincón sereno con ecos de la fiebre de la plata.
Sharon Jazmín Sabbagh